La dieta baja en FODMAPs es una estrategia nutricional respaldada por evidencia científica para reducir los síntomas digestivos asociados a condiciones como el Síndrome de Intestino Irritable (SII) y algunas disfunciones intestinales relacionadas con fermentación excesiva. Los FODMAPs son carbohidratos de cadena corta que pueden ser de difícil absorción en el intestino delgado y, al llegar al colon, favorecer la retención de agua y la producción de gases. Esto puede provocar hinchazón abdominal, dolor, diarrea, estreñimiento o sensación de malestar constante después de comer.

La intervención consiste en tres fases fundamentales. La primera es una reducción temporal de alimentos ricos en FODMAPs para aliviar los síntomas. Posteriormente, se realiza una reintroducción guiada con el fin de identificar los grupos específicos que generan intolerancia. Finalmente, se personaliza la alimentación a largo plazo para encontrar el equilibrio ideal entre confort digestivo, variedad nutricional y bienestar social al comer.

Este enfoque requiere acompañamiento profesional para evitar deficiencias nutricionales, mantener una relación saludable con los alimentos y asegurar que la reintroducción se haga en el momento y ritmo adecuado. Un nutricionista especializado en salud digestiva podrá evaluar tu caso clínico, ajustar las recomendaciones según tu tolerancia alimentaria, tus hábitos, tu microbiota y tu estilo de vida, con el objetivo de mejorar tu calidad de vida y tu relación diaria con la comida.

Vivir sin miedo a los síntomas digestivos y recuperar el placer de comer es posible con una pauta baja en FODMAPs diseñada especialmente para tus necesidades.