Las intolerancias alimentarias se producen cuando el organismo presenta dificultades para digerir o procesar determinados componentes de los alimentos, lo que puede generar síntomas digestivos incómodos y persistentes. A diferencia de las alergias alimentarias, que involucran una respuesta inmunológica inmediata y pueden poner en riesgo la vida, las intolerancias se relacionan principalmente con una capacidad reducida de digestión, absorción o fermentación de ciertos nutrientes.

Los síntomas pueden incluir hinchazón abdominal, gases, diarrea, estreñimiento, malestar postprandial, náuseas o cefaleas, los cuales afectan la relación con la comida y el bienestar cotidiano. La intensidad y frecuencia de las molestias varían según el alimento implicado, la cantidad consumida y la tolerancia individual.

Un tratamiento nutricional especializado resulta fundamental para identificar los alimentos desencadenantes, establecer niveles seguros de consumo y diseñar una pauta alimentaria equilibrada que reduzca los síntomas sin comprometer la calidad nutricional ni el disfrute al comer. Este acompañamiento personalizado considera la historia clínica, los hábitos alimentarios, la composición corporal y el estado de la microbiota intestinal de cada paciente.

Vivir sin miedo a los síntomas digestivos y reconectar con una alimentación cómoda y satisfactoria es posible mediante una intervención nutricional precisa, progresiva y orientada a tus necesidades específicas.