El reflujo gastroesofágico es una condición digestiva en la que el contenido del estómago asciende hacia el esófago, provocando molestias como acidez, sensación de ardor, regurgitación o dolor torácico. Estas sensaciones pueden intensificarse después de comer, al acostarse o al realizar ciertos movimientos, afectando la calidad de vida y la relación con la comida.

Aunque el reflujo no siempre causa lesiones en el esófago, sus síntomas son reales y requieren un manejo integral y personalizado. Un enfoque nutricional adecuado puede ayudar a identificar los alimentos y hábitos que lo desencadenan, aliviar las molestias digestivas, mejorar la tolerancia alimentaria y reducir la inflamación e irritación del tracto digestivo superior.

Cada persona con reflujo tiene un perfil digestivo distinto y responde de manera única a los alimentos y rutinas diarias. Por eso, una intervención nutricional guiada por un profesional especializado en salud digestiva permite establecer un plan adaptado al tipo de síntomas, la frecuencia de los episodios y el estilo de vida de cada paciente.

Recuperar la tranquilidad al comer, disfrutar de tus alimentos sin malestar y mejorar tu bienestar diario sí es posible con un plan nutricional diseñado especialmente para ti y tu sistema digestivo.